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Este período guarda relación con el Gobierno de Transición y el Gobierno democrático iniciado en el 2001,
y a nivel de la judicatura con la gestiones de los señores doctores Mario Urrello Alvarez, Oscar Alfaro
Alvarez y Hugo Sivina Hurtado, Presidentes del Poder Judicial durante el período 2001 al 2004.
Durante esta etapa, el CIJ asumió el reto de reiniciar sus actividades con las carencias propias de la secuela
de un período signado con la inestabilidad jurídica y política que afectó seriamente la estructura del Poder
Judicial, la estructura del CIJ. Es por ello que su actividad fue modesta y poco conocida para la trascendental
labor que constituye la reestructuración judicial democrática del siglo XXI.
Ante esta situación de reacomodo institucional y formal por parte del CIJ, y teniendo en cuenta su calidad de
órgano de apoyo que paulatinamente estaba en proceso de reconfiguración y relanzamiento (sin negar por ello su
importante rol) y ante las exigencias sociales de reales cambios en la justicia, es que se concentraron
válidamente los mayores esfuerzos por parte de la Presidencia del Poder Judicial en, por ejemplo,
la conformación de una Comisión de Magistrados para la Reestructuración Judicial, así como en una activa
labor dentro de la Comisión Especial para la Reforma Integral de la Administración de Justicia (CERIAJUS).
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